Buenas de nuevo compañeros!!
En esta ocasión el reto fue coronar la cima emblemática de nuestra tierra. Ascendimos el Catotue desde Salentinos puesto que nos habían aconsejado esa subida por ser más suave que desde la parte de Colinas. El viaje hasta el pueblo de Salentinos fue de poco más de 40 minutos. En una mañana fría típica de estas fechas nos echamos la mochila a la espalda y decidimos disfrutar de una jornada que para muchos de nosotros fue muy especial, puesto que era la primera vez que subiamos la citada montaña.
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El pueblo está totalmente empedrado |
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Preciosa casa típica, con la leña almaceda para el frío invierno |
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Una construcción que me llamó la atención. Rehabilitada |
El paseo desde Salentinos hasta empezar la zona de subida es muy suave y recomendable para todo el mundo. El verde de las montañas sólo se ve roto por pinceladas de la nieve caída y por los refugios que existen a lo largo del camino. De piedra robusta y de pequeñas dimensiones constituyen un lugar ideal para tomar un café bien caliente y poder entrar un poco en calor.
Cuando rememoro la subida a pesar de disfrutar de una compañía envidiable, me queda la sensación de la subida en solitario con la dificultad que supone el realizar un esfuerzo. Los pensamientos casi se acompasan al ritmo lento y pesado de las pisadas. La respiración, a pesar de realizar altos en el camino cada vez es más entrecortada y la fatiga quiere aparecer en cualquier momento. He de decir, que en este caso, la nieve helada dificultó un poco el último tramo de la ascensión. No obstante, la recompensa tras dialogar con uno mismo y con los compañeros, a pesar de hacerse rogar, mereció la pena.
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Cartel indicativo del camino. Comparar con la que tomamos en el mismo punto ese día. |
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Por aquí todo parecia un paseo magnificado por los que lo habían subido anteriormente, estaba "chupao" |
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Refugio en el camino |
Cuando conseguimos llegar a la loma del Catoute para crestearlo pudimos observar y sentir la fuerza de la naturaleza en forma de un viento constante a pesar de la relativa poca altitud. Uno puede llegar a imaginarse lo que pueden llegar a sentir los verdaderos escaladores en las cumbres más respetables del mundo. El viento, el frío y la niebla fueron nuestros compañeros en la cima, no por ello decayó nuestro ánimo puesto que conseguimos llegar todos a nuestro ritmo pero sin pausa y pudimos disfrutar de una sensación única y que es recomendable para todos. Un siente lo pequeño que se es en relación con el todo que supone la Tierra y como con cosas tan pequeñas como un paseo por las alturas te puede llegar a llenar por dentro de una forma que sólo lo puede saber aquel que llega a la cima y se para a mirar los valles y las cumbres que dominan nuestra comarca.
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Preciosa estampa, parecen los dientes de una sierra. |
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Último tramo hasta llegar a la cima |
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Vista hacia la zona de Ponferrada |
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Vista hacia Colinas |
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Cuando el cielo se despejó nos dejó ver la inmesidad de lo que nos rodea |
La ruta nos llevó un total de 5 horas 30 minutos aproximadamente, parando para comer y disfrutando de la cima y de los amigos. Dio tiempo a rendir nuestro particular tributo con un Belén y un brindis con champán.
La bajada fue mucho más rápida que la subida y nos sirvió para repasar con la mirada lo que quedaba atrás, sabiendo que no ha sido nuestra última visita, citándonos para aventuras posteriores. Hemos cumplido, pues, con un dicho popular de la comarca y ya somos buenos bercianos puesto que conseguimos subir el Catoute. No obstante, hay que recalcar que se trata de una etapa que no es recomendable para gente que no esté lo suficientemente acostumbrado a andar y a sufrir por desniveles. Los bastones, en el caso de la nieve, se antojaban necesarios para muchos de los intrépidos que como el que escribe estas lineas sufrió un pequeño accidente en forma de resbalón en la nieve. Hay que ser conscientes de a donde se va y qué hay que llevar así como tener muy presente el tiempo y las horas de luz.
A pesar de las dificultades con las que no contábamos, nos sobrepusimos como grupo y pasamos una jornada inolvidable en compañía de los amigos. Las historias y las anécdotas que tuve la suerte de escuchar por el camino me las guardo para mi mismo, como el secreto que guarda el Catoute y que sólo podemos ver y comprender si subimos a comprobarlo.
He escrito poco porque creo que las imágenes hablan por si solas, me gusta pensar que la gente que las ve se imagina como sería para ellos la aventura.
Feliz Navidad a todos, compañeros!
Un fuerte abrazo!!
Buen relato compañero, he subido muchas veces al Catoute, pero nunca por esta vertiente, es relatívamente más fácil pero los 2117 m. hay que ascenderlos, muy buena compañía y camaradería y el cava fresquito. Esperemos volver a repetirlo.
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