martes, 15 de noviembre de 2016

Del puente colgante de Villaverde de la Abadía hasta las maravillosas barrancas de Santalla

Buenas a todos de nuevo compañeros!

Estamos de vuelta y a vueltas con los puentes colgantes. Como nos quedamos tan impresionados la semana anterior en esta ocasión escogimos sin dudar nuestra visita. Y no fue otra que el maravilloso puente colgante de Villaverde de la Abadía.

En esta ocasión fuimos varios los aventureros que nos adentramos a orillas de nuestro emblemático rio Sil para descubrir que esconden esos parajes dignos de película. Las tonalidades del Otoño provocan que todo sea más idílico y de cuento de hadas. En este caso el puente colgante no tiene nada que ver como el de Villadepalos. Es mucho más artesanal, más bajo, más estrecho, más largo y con mucho más baile en su parte central, haciendo sentir a uno como un auténtico explorador. 
El ver saltar a las truchas es algo natural en esta parte del rio que por su modo de saltar cada poco parecía que nos estaban dando su particular bienvenida al lugar.

Vamos a ilustrar un poco lo que vimos.........


Es más rudimentario que el anterior como podemos apreciar

Hay que tener un poco de equilibrio para cruzarlo

Parte central del puente

Vistas margen derecha

Vistas margen izquierda

Ruta hacia las barrancas

Las otras posibilidades de ruta

Vista desde el otro lado, justo cuando una valiente se disponía a cruzarlo

He de decir que en esta ocasión, la señalización para llegar a nuestro destino fue mucho más concisa que en la anterior ocasión. Hasta llegar al puente cruzamos por una pista plantada de perales y una chopera recien plantada. A mi personalmente me llamó la atención el ver las plantaciones de arboles frutales, acostumbrado que estoy a ver castañales o grandes extensiones de vid. Es otro contraste diferente que nos ofrece nuestra tierra y que en temporada da trabajo a muchos temporeros para poder ganarse el jornal.

El recorrido que escogimos en esta ocasión pasó por ir a descubrir las barrancas de Santalla puesto que cuando caminabamos hacia el puente se pueden apreciar al fondo y a una distancia relativamente asequible. Con todo esto nos pusimos en marcha hasta nuestro objetivo con la tregua que nos dio el tiempo, puesto que hizo un día excelente en contraposición al lluvioso día anterior.
El camino hasta las barrancas lo podriamos dividir en dos partes. Una primera parte bordeando el Sil con el ya mencionado contraste otoñal y una segunda parte que ya transcurre por pista.

Precioso contraste de color por el que paseamos

Imagen del rio Sil

¡¡Una seta!!

Imagen de la senda, con cantidad de erizos por el suelo....


Los sube y bajas son constantes

Preciosa la ribera del Sil y la diversidad que ofrece

Una pequeña prueba, ¿Por qué el vaso sigue ahí?

Cambiamos hacia una pista para ir a la búsqueda de las barrancas, al fondo
Cuando nos acercamos a las barrancas de Santalla, lo majestuoso del paisaje nos induce a establecer un paralelismo con las vecinas Médulas. Nada más lejos de la realidad puesto que hablamos de una formación geológica natural, sin acción del hombre. Todo lo contrario de las Médulas.

Parquecito perfecto para poder hacer una parada técnica

Otra formación geológica

Parece el palo mayor de un navío

Hay una abundante vegetación
Podemos observar las diferentes estratificaciones de las barrancas, son arcillosas con lo cual la acción del agua hace mella en ellas provocando que encontremos fragmentos desprendidos a lo largo del camino. También se aprecia como la erosión del agua ha generado una especie de canalillos de agua bastante marcados en el terreno. 
Decidimos subir por uno de ellos hasta donde la vegetación nos dejó. Pudimos observar nuevamente contraste de frutales y castaños. En este caso había numerosos manzanos bien cargados aún. 
Esta ruta desconocida para nosotros significa el poder ver de cerca y poner sentimientos ha algo que particularmente llevaba viendo a diario cuando vendimiaba en Villadecanes. Es tan espectacular como las Médulas, y totalmente natural. Un gran espacio para poder recogerse y gozar en silencio de los placeres naturales. 
La inmesidad de algo así provoca en uno mismo a través de su visión que nos olvidemos de los quehaceres diarios, pudiendo dar paso a escuchar atentamente el latido de nuestro corazón a cada paso que damos. Matices como el sonido de nuestros pasos, el crujir de las ramas secas y el sonido del olvido que sufre este paraje lo hacen único.
A diferencia de las Médulas, la ausencia de visitantes masiva lo ensalza aún más. La sobre explotación del medio turístico "natural" nos hace olvidar el fin mismo que buscamos con este tipo de ocio. Al menos a mi modo de ver se trata de buscar la evasión de lo habitual, la tranquilidad, el silencio, la compañia de los tuyos. Aquí, rotundamente, lo encontramos.
A mí me parece que la figura central es un balcón para admirar el Bierzo

Tras continuar con el paseo y dejar las barrancas atrás, poco antes de entrar en Santalla llegamos a un rincón del pasado olvidado que estaba esperándonos para poner la guinda en el pastel.

Viejo molino
La acción de la naturaleza ha comenzado a hacer mella en este viejo molino abandonado. Casi escondido y tupido por las hojas pudimos acceder al interior del mismo y ver la canalización del agua.

El efecto del pasado

Cuantas horas pasarían aquí esperando

Detalle en la pared: "Fabrica de harinas 1963"

La canalización está tupida y es "víctima" de la naturaleza
Tras esta parada pudimos rodear el pueblo de Santalla antes de volver al punto de partida. En total fueron unos 12 km aproximadamente. La arquitectura tradicional del pueblo llama la atención por las enormes balconadas y corredores que tienen la mayoría de las edificaciones. 

La vuelta, con el ocaso del astro rey, se nos hizo corta.  La aventura por contra fue grande. Grandes formaciones geológicas, el puente colgante, la ribera del rio Sil.....el silencio, el ambiente, el correr del agua, el saludo de las truchas.....todo esto hace de la ruta algo singular y único si acudimos a ella con la mente abierta y con el ánimo de absorver todo lo que nos ofrece este camino. Nos dará sin dudas una satisfacción única y unos recuerdos maravillosos.

A ver a dónde nos llevan en la próxima ocasión.

Agradecer a todo aquel que se molesta en perder unos minutos de su tiempo en leer unas breves reflexiones y divagaciones de un servidor.

Atentamente

Andrés Rodríguez

2 comentarios:

  1. Maravillosa descripción de esta ruta que te retrae a tiempos pasados.
    El ingenio para atravesar el Río Sil con ese puente que sigue en pie....lo bien hecho dura, orgulloso está su constructor que vive todavía y no es para menos.
    Las barrancas aparecen de repente y quedas extasiado ante la obra de la Naturaleza.
    Gracias a tú artículo he logrado conocer este lugar....
    Ya puedo decir que he estado en los tres puentes, pues tsmbien el de la Barca en Villadepalos por el que he subido al Castrellin de Palueza y el de Valiña.
    Gracias amigo.

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    1. Querido V.Álvarez
      No sabes la ilusión que me ha hecho leer tu comentario. Tus palabras me alientan a seguir escribiendo y volver a retomar este pequeño proyecto/desahogo personal en forma de escritura. Reconforta mucho leer que lo has conocido gracias a lo escrito aquí.
      Un fuerte abrazo

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