domingo, 5 de abril de 2020

Volviendo a recorrer la Ruta de los Canteros

Buenas y frías tardes de nuevo.

Tras un parón en las rutas y en la actividad física en general, decidimos volver a recorrer la senda de los canteros. Ubicada entre San Miguel y Ponferrada dicha senda es un paseo ameno para cualquier persona que quiera disfrutar de la naturaleza al lado de la ciudad.

Con más canas y unos cuantos años más, volvimos a recorrer la senda que me despertó el gusanillo de disfrutar de las rutas, de los paisajes, de la naturaleza y de sus silencios. Decidimos partir desde Ponferrada hacia San Miguel porque dejamos el coche en la explanada frente al convento y la visión final del camino creo que es más bonita hacía San Miguel, pudiendo observar el convento en todo su esplendor. Te llegas a imaginar que tras esas ventanas viejas y esos cristales rotos de algunos de los edificios del conjunto hubo en otro tiempo un movimiento y una vida que hoy ya no tiene.




Detalle en la madera


Con los compañeros de viaje nos adentramos en la sinuosa senda que poco a poco nos iba dejando detalles de lo que nos esperaba a lo largo del camino. A nivel personal siempre procuro cuando hacemos senderismo escuchar las conversaciones casi aislandome de mis acompañantes y disfrutar de la naturaleza en silencio, con el sólo ruido de mis pisadas y mi respiración a ratos entrecortada. Me gustó mucho disfrutar y valorar la gran amistad que se profesan los acompañantes. 
Detalle de la boca del túnel del tren en la parte inferior





En un día en el que sobraba todo para pasear, nos cruzamos con varias familias que hacían la ruta a la inversa, y nos dejamos llevar por la admiración y los caprichos de la naturaleza como se puede observar en la foto que acompaña.


Cañón del Río Boeza

Existen numerosos puntos a lo largo del camino que se ofrecen como balcones con vistas al cañón y que permiten disfrutar del paraje. Parte de la senda se desarrolla entre las sombras de los árboles que se agradece cuando el sol no quiere dar tregua. El recorrido total fueron sobre unos 11 kilómetros

Erosión del agua en la roca. Curioso



Camino de San Miguel





¿Hacía dónde vamos?

Finalizamos la ruta en San Miguel con este grupo de amigos aventureros que decidimos pasar una jornada amena conociendo un poco más nuestro querido Bierzo. Es más, ya tenemos un nuevo hijo adoptivo.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Cerrando el círculo sobre el Sil: El puente colgante entre Requejo y Valiña


Buenas tardes!!

En el día de hoy traemos el último puente colgante sobre el río Sil en el Bierzo. Al menos que tengamos constancia de ello. Decidimos, pues, cerrar el círculo iniciado a finales del año pasado con la visita a los puentes de Villadepalos y Villaverde de la Abadía.

En esta ocasión fuimos a visitar el puente colgante entre Requejo y Valiña sobre el río Sil. Es el puente más largo de los tres que hemos visitado, con lo que nos proporciona también ese vaivén típico con las pisadas. A nivel estructural es muy similar al de Villadepalos aunque tiene más tiempo y por ello está más deteriorado. Se puede apreciar una ligera cojera del mismo a partir de su tramo central, pero es más que seguro su tránsito.

Se puede apreciar que es más largo que los anteriores
En una tarde calurosa de agosto, esta zona en concreto se convierte en un lugar ideal para refrescarse y darse un baño en el Sil. Además de cubrir relativamente poco, el agua refrescó a los aventureros que decidieron darse un chapuzón. Desde la zona de Requejo, que fue desde donde vinimos, hay, además un merendero fabuloso en el que poder comer tranquilamente a la sombra. Está muy bien cuidado y los arboles ofrecen una sombra más que rica que con el breve correr del aire se convirtió en un lugar magnífico para seguir con el reto de terminar el Ulises en este verano.

Una vez cruzado el puente, tenemos una breve cuesta que nos lleva hasta la pequeña localidad de Valiña. Un pueblo que parece que ha quedado anclado en el tiempo y en el que pudimos observar algo que llevaba muchos años sin ver, una cuadra de bueyes en el mismo pueblo.



Aquí se puede observar en perspectiva, mirando hacia la parte de Requejo el puente con personas cruzándolo en ese instante.




Hay una breve cuesta hasta Valiña, eso sí, se nota que está muy desgastada por las rodadas de las bicicletas al pasar. Serán como mucho 50 metros de subida. Arropada por la vegetación que da sombra y lo hizo más llevadero con el calor que hacía.



Tras terminar esta breve subida nos encontramos finalmente con nuestro objetivo, Valiña. El pequeño pueblo tiene muchas casas deshabitadas, otras en ruinas y unas pocas que están restauradas y que son la prueba palpable de que el pueblo continua activo y con vida. Es muy importante no dejar que caigan en el olvido los pueblos castellanos y de España. Han sido y son una parte muy importante de nuestra historia. Julio Llamazares con su Lluvia amarilla lo retrató de forma magistral.


Gran corredor

Preciosas casas restauradas
Al mirar lo que dejamos atrás podemos observar la acción del hombre y su impacto en el medio. Hablo de las dos canteras que se observan desde este pueblo y que constituyen una cicatriz en el paisaje tan verde, variado y tranquilo de la zona.

Cantera al fondo de la imagen
Por último, finalizo con esta foto para rendirle un pequeño homenaje a este rincón del Bierzo que lucha contra el olvido y que gracias al río Sil y al puente colgante que lo atraviesa nos ha permitido conocerlo y ponerlo en valor con esta pequeña aportación.




Muchas gracias a todos!!

martes, 20 de diciembre de 2016

Disfrutando por primera vez con el Catoute en 2016

Buenas de nuevo compañeros!!

En esta ocasión el reto fue coronar la cima emblemática de nuestra tierra. Ascendimos el Catotue desde Salentinos puesto que nos habían aconsejado esa subida por ser más suave que desde la parte de Colinas. El viaje hasta el pueblo de Salentinos fue de poco más de 40 minutos. En una mañana fría típica de estas fechas nos echamos la mochila a la espalda y decidimos disfrutar de una jornada que para muchos de nosotros fue muy especial, puesto que era la primera vez que subiamos la citada montaña.
El pueblo está totalmente empedrado

Preciosa casa típica, con la leña almaceda para el frío invierno
Una construcción que me llamó la atención. Rehabilitada
El paseo desde Salentinos hasta empezar la zona de subida es muy suave y recomendable para todo el mundo. El verde de las montañas sólo se ve roto por pinceladas de la nieve caída y por los refugios que existen a lo largo del camino. De piedra robusta y de pequeñas dimensiones constituyen un lugar ideal para tomar un café bien caliente y poder entrar un poco en calor.
Cuando rememoro la subida a pesar de disfrutar de una compañía envidiable, me queda la sensación de la subida en solitario con la dificultad que supone el realizar un esfuerzo. Los pensamientos casi se acompasan al ritmo lento y pesado de las pisadas. La respiración, a pesar de realizar altos en el camino cada vez es más entrecortada y la fatiga quiere aparecer en cualquier momento. He de decir, que en este caso, la nieve helada dificultó un poco el último tramo de la ascensión. No obstante, la recompensa tras dialogar con uno mismo y con los compañeros, a pesar de hacerse rogar, mereció la pena.
Cartel indicativo del camino. Comparar con la que tomamos en el mismo punto ese día.

Por aquí todo parecia un paseo magnificado por los que lo habían subido anteriormente, estaba "chupao"

Refugio en el camino
Cuando conseguimos llegar a la loma del Catoute para crestearlo pudimos observar y sentir la fuerza de la naturaleza en forma de un viento constante a pesar de la relativa poca altitud. Uno puede llegar a imaginarse lo que pueden llegar a sentir los verdaderos escaladores en las cumbres más respetables del mundo. El viento, el frío y la niebla fueron nuestros compañeros en la cima, no por ello decayó nuestro ánimo puesto que conseguimos llegar todos a nuestro ritmo pero sin pausa y pudimos disfrutar de una sensación única y que es recomendable para todos. Un siente lo pequeño que se es en relación con el todo que supone la Tierra y como con cosas tan pequeñas como un paseo por las alturas te puede llegar a llenar por dentro de una forma que sólo lo puede saber aquel que llega a la cima y se para a mirar los valles y las cumbres que dominan nuestra comarca.



Preciosa estampa, parecen los dientes de una sierra.

Último tramo hasta llegar a la cima

Vista hacia la zona de Ponferrada

Vista hacia Colinas
Cuando el cielo se despejó nos dejó ver la inmesidad de lo que nos rodea

La ruta nos llevó un total de 5 horas 30 minutos aproximadamente, parando para comer y disfrutando de la cima y de los amigos. Dio tiempo a rendir nuestro particular tributo con un Belén y un brindis con champán.
La bajada fue mucho más rápida que la subida y nos sirvió para repasar con la mirada lo que quedaba atrás, sabiendo que no ha sido nuestra última visita, citándonos para aventuras posteriores. Hemos cumplido, pues, con un dicho popular de la comarca y ya somos buenos bercianos puesto que conseguimos subir el Catoute. No obstante, hay que recalcar que se trata de una etapa que no es recomendable para gente que no esté lo suficientemente acostumbrado a andar y a sufrir por desniveles. Los bastones, en el caso de la nieve, se antojaban necesarios para muchos de los intrépidos que como el que escribe estas lineas sufrió un pequeño accidente en forma de resbalón en la nieve. Hay que ser conscientes de a donde se va y qué hay que llevar así como tener muy presente el tiempo y las horas de luz.
A pesar de las dificultades con las que no contábamos, nos sobrepusimos como grupo y pasamos una jornada inolvidable en compañía de los amigos. Las historias y las anécdotas que tuve la suerte de escuchar por el camino me las guardo para mi mismo, como el secreto que guarda el Catoute y que sólo podemos ver y comprender si subimos a comprobarlo.

He escrito poco porque creo que las imágenes hablan por si solas, me gusta pensar que la gente que las ve se imagina como sería para ellos la aventura.

Feliz Navidad a todos, compañeros!

Un fuerte abrazo!!


lunes, 5 de diciembre de 2016

Conociendo el olvido. Lo que el Bárcena nos deja ver.

Buenos días a todos!!

Estamos nuevamente al pie del cañón. Esta vez nos hemos acercado a un rincón de nuestra tierra que permanece anclado y olvidado por el paso del tiempo. Aprovechamos que en este periodo del año el pantano de Bárcena se encuentra en su punto más bajo para descubrir su historia. Decidimos dar un paseo por el antiguo trazado ferroviario de la MSP y ver los vestigios de un tiempo pasado en el que el oro negro era el motor dinamizador de la zona, llegando a construirse la linea ferroviaria Ponferrada-Villablino, que a día de hoy se está intentando recuperar para su aprovechamiento turístico.

Nos centramos en reconocer el terreno y disfrutar de este pedazo de historia del Bierzo que ahora permanece sumergida gran parte del año, en un caso, y prácticamente olvidado lo que se puede disfrutar. Siendo justos, es a la vez una ventaja y un incoveniente que el acceso esté "vetado" para los turismos, puesto que la carretera Congosto-Santa Marina del Sil está abandonada y cada vez más deteriorada.

Decidimos recorrer parte del emblemático trazado ferroviario por su parte más antigua, con un resultado más que satisfactorio y quedando con ganas de más. Pudimos disfrutar viendo el curso practicamente original del rio Sil por estas latitudes, imaginando a cada paso la de vida que tuvo que tener la zona no hace relativamente tantos años. Alguna imagen creo que ayudará a ilustrar estas líneas.

Imagen del primer puente que vemos
Dejamos el coche junto a la fuente que está al pie de la carretera, a pocos metros del mirador que ofrece una visión espectacular del puente y del valle. Bajamos por la primera pista que tenemos hacia nuestra derecha y ya nos metimos de lleno en el trazado ferroviario. Un trazado que por otra parte se encuentra en un buen estado. Llama la atención el aprovechamiento de la vía y en ancho del trazado, quedando la vía más ladeada y una zona lo suficientemente ancha como para que se puedan apreciar a día de hoy rodadas de un 4x4. Como profano en este tema, a mi sólo se me ocurren dos cosas. Un aprovechamiento para las labores de mantenimiento o bien tener planteado en un futuro instalar otra vía ferroviaría. En cuanto sepamos la respuesta os la diremos.


Trazado ferroviario con el tunel al fondo




Entrada al primer tunel
Esa luz que se ve de fondo, es la famosa luz al final del tunel. 200 metros aprox.

Pilares del antiguo puente en contraposición con el puente más moderno

Foto del antiguo puente metálico. Extraída del grupo de Facebook "Fotos antiguas de Ponferrada y el Bierzo"

Estas dos últimas fotos que preceden estas lineas son el pasado y el presente de lo que fue y significó este trazado ferroviario para la zona. Los pilares, robustos se conservan de forma espectacular. Son preciosos.
Nueva imagen del antiguo puente practicamente anegado. Extraída del grupo de Facebook "Fotos antiguas de Ponferrada y el Bierzo
Tras descender al antiguo trazado ferroviario, nos pusimos rumbo dirección Cubillos pudiendo observar el estado de conservación de diferentes tramos del ferrocarril. Fue un paseo ameno, sencillo y hasta un poco aventurero puesto que no es recomendable para personas que tengan miedo a las alturas o se consideren patosas. Me explico, si bien la mayoría de lo que recorrimos fue sin mayores problemas, si es cierto que existen otras zonas que exigen un poco más de técnica y decisión. Lo que no queremos es que nadie se lastime cuando tratamos de divertinos de un forma sana y para el todo el mundo.

Hay zonas que se conservan muy bien, frente a otras que son víctimas de la naturaleza.

El trazado ferroviario por algunas partes ya sólo se puede intuir

Caminando por un muro de contención impresionante. Con una caída actual de unos 10 metros

La historia oral es una fuente más de la que se sirven los historiadores para reconstruir el pasado. Siempre me gustó escuchar cómo trabajaban antiguamente para intentar comprender la dificultad, el empeño y el amor con el que lo hacían. A diferencia de hoy, a pesar de los tópicos, no se trabaja tanto como antes. Mientras camino, me convierto en un espectador de lujo en una conversación entre padre e hija. Cuando miro hacia atrás puedo imaginarme el sonido atronador del tren a su paso por estas vias. El increíble viaje que este padre comenta a su hija cuando era joven, toda una aventura por aquel entonces, cuando viajaba a Villablino en el tren de pasajeros. Pero va todavía más lejos en el tiempo esta conversación, el abuelo de la hija, que vivía en la antigua Posada del Bierzo y con la llegada del pantano se fue hasta Congosto, ese abuelo trabajó en el mantenimiento del antiguo tramo ferroviario. Para ir a trabajar, en sus conversaciones recordaba como tenían que cruzar el río a nado para acudir a su puesto de trabajo. Una revelación impresionante, en un tiempo en el que sólo importaba llevar un pedazo de pan a la mesa y en el que lo demás era irrevelante. Desde aquí le rendimos este pequeño homenaje.

Que insignificante es el hombre



Misma toma desde el puente en este caso. Busquen a los fotográfos
Pasado y presente se fundieron en este pequeño paseo, las historias se cruzan y los pensamientos se vuelven recurrentes. No llegamos a entender como se esta dejando perder este impresionante viaje y llegué en este caso a la conclusión de que la mejor forma de ponerlo en valor es escribiendo estas breves lineas sobre nuestra experiencia.
Como dije anteriormente, fuimos hasta donde pudimos llegar sin ser excesivamente valientes, pero si decides continuar con el paseo en esta época se puede llegar hasta la zona de Cubillos si el agua está lo suficientemente baja y se puede llegar a ver también el antiguo puente de la Nacional VI que también en esta época del año se deja ver una pequeña parte.

Visión de la zona de Santa Marina
Visión hacia Congosto
También citar, que por momentos en este paseo pudimos ver la torre de la iglesia de la Peña en Congosto. En esta última estampa podemos ver el camino que recorrimos en el día de hoy.

Un paseo que duró apenas dos horas y muy asequible para cualquiera que quiera ver y disfrutar del pasado minero e industrial berciano. Para realizar en esta época del año cuando el Bárcena tradicionalmente trae menos agua. A nivel personal una maravilla histórica, poder disfrutar de la tierra ya no sólo conociéndola in situ sino también a través de la historia oral. Esto no hace más darnos un impulso renovador para poder seguir visitando lugares para poder plasmar en lineas visiones, pensamientos y sensaciones de nuestro Bierzo

martes, 29 de noviembre de 2016

Aprendiendo a sufrir y a disfrutar con la Dragoman 2016

Buenas tardes compañeros!

En esta ocasión, la propuesta ha sido diferente a lo que habitualmente venimos haciendo en nuestra tierra. Decidimos volver, una vez más, a asaltar Dragonte. Esta típica prueba de resistencia ya se ha convertido en un clásico para muchas familias y deportistas, que tienen marcado el último fin de semana de noviembre como una cita ineludible.  En la web de la prueba http://www.dragoman2009.org/ podeís ver cómo se ha desarrollado en años anteriores y la historia de la misma.

Hablamos de una prueba que se lleva celebrando desde el 2004 y que a estas alturas llega a congregar a cerca de 1000 personas alrededor de la misma.

Pero vayamos un poco más allá y veamos cómo se desarrolló la misma este año para nosotros, que hicimos dos de las modalidades. La Dragomán Clasic y la versión para andarines.



El día se presentaba como años anteriores, cielo encapotado con una sensación térmica bastante baja sobrevolando el ambiente. No obstante, este año hizo menos frío que en años anteriores. Nos desplazamos hasta Villafranca donde tiene lugar la salida de la prueba, desde el castillo parte la prueba. Una hora antes para los andarines y sobre las 11 de la mañana para el resto de valientes, el pistoletazo de salida se da tras la tradicional arenga del compositor y morador del castillo Don Cristobal Halffter.

El recorrido para andarines y corredores es casi idéntico, si bien los andarines andan un poco menos. Aprovechando el track trazado por un buen amigo, Héctor, vamos a mostrar la diferencia entre ambos. Para hacerse una ligera idea de la ascensión, se empieza a unos 500 metros y se acaba a una altura de 965 metros aproximado, en cerca de 5 km de subida sin respiro, con unas rampas impresionantes para todo aquel que se aventure a pasear/correr en la prueba.
Track Dragomán andarines.
La diferencia de trazado entre una prueba y otra radica en que la Dragon Clasic discurre rodeando por la carretera marcada en el mapa como "espiritu santo" pasando por el tunel de la antigua A-VI antes de comenzar la dura ascensión.

En realidad, la carrera es lo de menos. A medida que se va ascendiendo podemos disfrutar de unas vistas maravillosas con el tradicional contraste otoñal que tantas veces mencionamos. Castaños y viñedos cubren de forma parcial la ladera del pueblo de Dragonte y si miramos a nuestra izquierda mientras ascendemos, podemos ver con una nitidez maravillosa el mencionado contraste. Frente a los verdes pinos, vemos tonalidades apagadas y tristes victimas de la caída de la hoja.
En esta fotografia se pueden apreciar el contraste de colores

Rayos de luz rompiendo del espesor nuboso

En esta ocasión la forma de afrontar la jornada fue diferente, a parte de realizar una actividad deportiva me centré en disfrutar de las sensaciones. La respiración acompasada con el paso, la fuerza de voluntad que hay que tener para no rendirse, el ritmo endiablado de los otros participantes.......la visión de una continua subida que tiene muchos paralelismos con nuestra vida cotidiana, tras mucho sufrimiento superas la dificultad y consigues entrar en meta. A lo largo del camino los pensamientos son recurrentes, inspiradores, reveladores. La gente anima, los tuyos te animan, es una fiesta. Un gran espectáculo que hay que aventurarse a hacerlo.

Foto del paisaje. Difuminamos a los más peques.



Uno piensa que la meta esta cerca. ¿Verdad?
Una vez traspasada la linea de meta, las sensaciones son encontradas. Tras unos metros finales espoleados por la gente que se hacen solos, el esfuerzo pasa factura y cuesta un poco recomponerse. Una vez más y a modo de anécdota, llegamos tarde para el jamón. Se está convirtiendo en una leyenda, se sabe que está pero pocos lo han visto y son menos los que lo han catado. Es algo que tenemos pendiente, cuestión personal ya.
El caldo que nos ofrecen amablemente en el pueblo ayuda para mantener el calor y terminar de recomponerse del esfuerzo. Sólo así se consiguen las fuerzas suficientes para retomar el camino de vuelta. Una vuelta siempre llena de comentarios de la carrera y pudiendo disfrutar de unas vistas impresionantes que anteriormente no pudimos observar. Para ejemplo la foto que sigue a estas lineas. Podemos apreciar el valle en el que se encuadra Ponferrada y gran parte de la extensión de la ciudad. Una óptica diferente a la que acostumbramos a ver.


Al fondo de la imagen, entre la niebla se puede apreciar la Torre de la Rosaleda


El grupo de expedicionarios retornando

En la bajada, también pudimos observar como han llegado las nieves con fuerza ya y miremos donde miremos se ven las cadenas montañosas con un manto blanco que embellecen aún más nuestra querida tierra en esta época del año.

Tras un paseo largo, conseguimos llegar al pabellón para disfrutar del tradicional arroz con el que la organización nos brinda el final de la jornada. Conseguimos reponer las fuerzas lo suficiente como para llegar a los coches y poner punto final a la Dragoman 2016. Víctimas ya de las agujetas, nos esperaba una larga convalecencia en el sofá y a negar en todo momento que estabamos cansados.

Felicitar a la organización por convertir una prueba deportiva en un evento para todos conviertiéndose en parte indispensable en el calendario berciano para todo aquel quiera disfrutarlo de otra manera.

Muchas gracias por todo.

Atentamente

Andrés Rodríguez